El Hotel Alfonso XIII entre los 400 hoteles más lujosos del mundo

Tiene casi 80 años y forma parte del selecto listado de los 400 mejores hoteles de lujo, según la revista Forbes. Sus habitaciones han alojado a personalidades de la política y la cultura de todo el mundo. Y, sin embargo, el hotel Alfonso XIII se resiste a ser un objeto de lujo al alcance de pocos. La actual dirección del establecimiento ha renovado su oferta de servicios para hacerla accesible a cualquier ciudadano de a pie. Una piscina abierta a usuarios no alojados, una terraza de verano e invierno o paquetes de alojamiento, desayuno y cena a precios asequibles tienen por objeto introducir al sevillano en su selecta cartera de clientes.

El hotel Alfonso XIII, construido para la Exposición Iberoamericana del 29 con el objetivo de dar hospedaje a los visitantes ilustres de la muestra, cuenta hoy con 147 habitaciones con tamaños y estilos diferentes. Las hay árabes, castellanas y de estilo isabelino. Pero, si hay alguna que llame la atención es la que lleva colgada en su puerta el número 137. En ella se han alojado todo tipo de famosos: desde doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, madre del Rey, hasta Bruce Springsteen, el último que disfrutó de esta habitación de 205 metros cuadrados. La llaman la Suite Real.

En ella se han realizado desde pedidas de mano hasta reuniones de índole político o comercial. Un capricho de tan sólo 2.100 euros por noche que se han dado también famosos como Brad Pitt y Angelina Jolie, Fidel Castro, Lady Di, Gorbachov, Madonna o, más atrás en el tiempo, actores de la época dorada del cine como Ava Gardner o Sofía Loren, la cual rodó, dentro de este hotel, escenas de la película El Cid, de Anthony Mann.

Con estas referencias, el hotel ha sido tradicionalmente, por razones económicas, ajeno a los hábitos de vida del sevillano medio. La intención de la actual dirección es que eso cambie. Carlo Suffredini, que lleva tres años al frente del Alfonso XIII, pretende acercar el hotel al ciudadano para que sea reconocido como «un destino más en la Sevilla monumental», una parada obligatoria para el turista, como lo son la Catedral, la Torre del Oro, el Puente de Triana o la calle Betis.

Por ello, ha creado nuevos productos turísticos. El visitante puede, por ejemplo, cenar por unos 35 euros mientras escucha de fondo la música de una guitarra flamenca; alojarse una noche, con cena y desayuno incluido, por 230 euros la pareja; o disfrutar de la piscina con almuerzo incluido, por 32 euros.

También cuenta con la única terraza de la capital abierta tanto en invierno como en verano -ya que tiene aire acondicionado y calefacción- y en la que el precio de una copa no rebasa la media de cualquier pub sevillano. El horario, de siete de la tarde a tres de la madrugada. El objetivo es que el cliente pase una velada tranquila con la oportunidad de poder probar una amplia selección de cócteles.

En el afán de convertir este hotel en un producto cercano y de espíritu joven, también se ofrece la oportunidad de vivir momentos inolvidables rodeado de lujo. Por ejemplo, una boda. Cualquiera puede casarse en uno de sus grandiosos salones. Hay cinco habilitados para ello, los mismos donde se han celebrado desfiles de moda, conferencias, presentaciones de productos o ruedas de prensa.

A toda esta amplia oferta hay que sumarle tres características esenciales que han llevado a este hotel a estar, por segundo año consecutivo, entre los 400 mejores del mundo, y ocupar el puesto 17 de los mejores de Europa. Éstas son su belleza arquitectónica, una decoración única, un servicio muy cuidado y pertenecer a una marca reconocida a nivel internacional como Luxury Collection.

En definitiva, según su director, el Alfonso XIII es un hotel «que fue construido para reyes» al alcance de todo aquel que quiera disfrutar de una experiencia «de lujo».

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