León sin minería una lenta agonía

El tren está a punto de salir de la estación. «¿Dónde hay que sacar el billete?», pregunta un minero despistado. «Hoy no hacen falta billetes, compañero», le responden otros al unísono. El Consejo Comarcal de El Bierzo ha fletado un tren completo desde Ponferrada con parada en todos los pueblos del recorrido para participar en la manifestación de León.

Al carbón español le quedan días contados. El Gobierno va a permitir en un futuro cercano que las empresas eléctricas compren carbón para sus centrales en cualquier parte del mundo.
Mientras unos mineros toman café, otros aprovechan para jugar una rápida partida de tute, en la cafetería de la estación. «Somos conscientes de que estas movilizaciones no son más que un inicio, que la cosa no se va a quedar aquí, porque está claro que el Gobierno y las eléctricas quieren cargarse la minería», dice Donel, picador de 40 años en la empresa Campomanes Hermanos.
«Esto, más que nada, es la defensa de los empresarios mineros, aunque nosotros tenemos que luchar por los puestos de trabajo», lamenta Esteban Rodríguez, retirado a sus 40 años por una fibrosis pulmonar.


Ana Belén, una joven estudiante de COU que ha hecho huelga en compañía de otros alumnos, dice que en la comarca no se puede vivir sin minas: «Si cierran, no habrá ningún futuro para nosotros ni para nuestras familias», señalaba. «Yo voy a ir a la manifestación porque nos jugamos el futuro», replica Lina Oviedo, vecina de Ponferrada, mientras espera el tren. «Tenemos que apoyar a nuestros mineros, porque tenemos hijos y no sabemos qué futuro vamos a darles aquí», añade otra mujer.
Media hora antes de que saliera el tren, llega un grupo de trabajadores armados con pancartas azules: «No somos mineros, trabajamos en Endesa», explica Manuel de la Fuente, secretario general del sindicato USTB-CTI. «Si el carbón no se quema, El Bierzo se muere, por eso estamos aquí, para apoyar a los mineros».

Cientos de coches y decenas de autobuses han comenzado a tomar la carretera Madrid-La Coruña. A las cinco y cuarto de la tarde el colapso es total muchos kilómetros antes de llegar a la capital leonesa. «¿Pero qué pasa? ¿El Bierzo entero se viene a León?», pregunta el empleado de una gasolinera.

Todas las cuencas leonesas han parado en protesta por la política minera del Gobierno. Ni uno solo de los 7.777 mineros leoneses acudió al tajo. Muchos pueblos parecían deshabitados desde primeras horas de la mañana, con todas las tiendas, comercios y bares cerrados a cal y canto. En la comarca de Laciana la huelga es total en todos los sectores, lo mismo que en Fabero y en Toreno, en el corazón del Bierzo, donde tampoco los estudiantes acudieron a clase.
«La gente está muy dolida. Vivimos una auténtica batalla hace dos años, con la última reconversión minera, y no nos apoyó nadie», lamenta Eloy Gundín, teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Bembibre.

Para el portavoz de CCOO Minería en Bembibre, Raúl Blanco, «quizá en Laciana el ambiente está más caldeado, porque acaban de estar unos cuantos días de huelga en la MSP, pero aquí estamos también muy calientes y, si esto no se arregla, estamos dispuestos a llegar hasta el final».
A las seis y media llega el tren de Ponferrada cargado con 1.500 personas. «Todos formamos parte del entorno del carbón, por eso estamos aquí, como Fuenteovejuna», explica Irene López, la joven mujer de un minero del Bierzo.
Treinta mil personas convergen en León en la manifestación más importante de los últimos tiempos. Pero todos se preguntan, ¿servirá para algo? Una pancarta resume la tragedia: «León sin minería, una lenta agonía».

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