Víctimas de la estética

Con el cambio de estación y el comienzo de curso, a cada uno le da por una cosa, pero el asunto es variar. Unos sacan a la luz ese lado sensible que nadie (para mí, que ni la propia Ana) podía sospechar y se enjuga las lágrimas cediendo el cetro al siguiente; Christina Aguilera hace el ridículo en los premios de la MTV intentando hacerse la moderna y compitiendo a ver quién es más lesbian-chic, si Madonna, Britney Spears o ella misma y muchas devoramos los especiales de las revistas femeninas para observar cuáles son las tendencias de otoño-invierno y lanzarnos como posesas a Zara y Mango, con la esperanza de que hayan sabido copiar adecuadamente el look Mary Quant que tanto se lleva esta temporada o si por un casual se nos olvidó tirar esa cazadora motera que el mismísimo Armani ha recuperado en su colección de este año.


Y es que quien más y quien menos es un poco fashion victim. En el grupo de los quien más están, por ejemplo, Paz Vega y su marido Orson (también su asesor estético). Lo de victim en este caso viene muy bien porque Paz, con ese empeño por hacerse la moderna va, a veces, pelín overdressed.
La pareja mira que es guapa a rabiar, pero en el estreno de Rafael Amargo en el teatro Albéniz, el ya vistísimo look pareo de Orson (que más que pareo parecía que llevaba un delantal de camarero de restaurante minimalista) y el look pañuelo/leggins a lo Olivia Valère de ella demostraban que ser guapo no es lo mismo que tener estilo y que el dinero y la lectura de las revistas femeninas podrán dar la felicidad pero no el buen gusto.

A ambos y otros fashion victims despistados como la Obregón, les recomendaría que se dieran un paseo por la exposición del Reina Sofía Tras el espejo (donde se resume parte de la historia más reciente de la moda española, aunque haya ausencias imperdonables como la de Looking Shocking) y por la Semana de la Moda de Madrid.

En la muestra del Reina Sofía hay ejemplos de los diseños de maestros que han tenido que terminar diversificando su actividad como los geniales Alvarado y Montesinos (ambos, ideales para la imagen de Vega) o el difunto Manuel Piña, por citar a los que no han podido conocer las nuevas generaciones.

El maestro Alvarado (que ha estado trabajando para Tony Miró y ahora tiene una empresa que organiza exposiciones), hace unos días se quejaba de la falta de creatividad que se vive en algunas de las colecciones que se ven en la Semana de la Moda de Madrid, que este año cumple 25 años. Pero él, que siempre ha estado en la vanguardia, recomendaba seguir la pista de nuevos (o no tanto) nombres como David Delfín o Juan Duyos (nuevo diseñador de Don Algodón) y atención a nombres emergentes como Maremoto, la marca que jamás llevarían ni Belén Esteban ni Norma Duval.

Príncipe de las galaxias
Gael ama a Natalie. Siempre me ha parecido una repipi, pero como aún consigo distinguir entre la ficción de La Guerra de las Galaxias y la realidad, no tenía nada contra Natalie Portman. Ahora la tengo en observación, la verdad, porque una, que es así de patriótica, esperaba que Gael García Bernal pillara con alguna española (cualquiera, no necesariamente conmigo) durante su rodaje con Almodóvar. Pero no, ellos nos restriegan su felicidad por el Rastro y por los jardines del Santo Mauro. No hay derecho.

Juventud, bendito tesoro
Sube. Uno oye hablar a Fernando Ramallo y después escucha a, por ejemplo, David Bisbal y se da cuenta más que nunca de que generalizar es un gravísimo error. Ambos pertenecen al vilipendiado grupo de la juventud española, pero Ramallo lee a Saramago, sabe quién es Goran Bregovic, quiere perderse en Finlandia, pinta y protagoniza la muy recomendable La noche del oso (en el teatro Arlequín, calle de San Bernardo, 5), mientras que Bisbal está muy orgulloso de haber pasado por OT, agradecido a su público, adora Miami y, claro, los Grammy latinos, y es novio de Chenoa. Ni todos los 20 años son iguales, ni los rizos de Bisbal auténticos.

Tiembla Victoria, tiembla
Baja. Nuria Bermúdez es la reina de esa legión de starlets que han consagrado su vida a darle la vuelta a la machista frase de que la mujer del César debe no sólo ser decente sino también parecerlo. Se empeñan en parecer mucho menos decentes de lo que probablemente son. Beckham es actualmente la pieza más preciada de todas ellas. Pero Nuria, como siempre, está en la vanguardia.Dicen que Bermúdez apareció donde los chicos del Madrid celebraban su victoria frente al Mallorca, se vistió para matar y se hizo la encontradiza con Beckham a la salida de los servicios. No quiero ni pensar en la peli porno con decorado de urinario que NB puede inventar a partir del encontronazo.

Siente a un cocinero a su mesa
Sube. Sergi Arola es uno de esos personajes que sólo por sus declaraciones a una ya le apetece sentar a su mesa. O, en este caso, teniendo en cuenta su profesión (cocinero) y que es el dueño de uno de los mejores restaurantes de la capital, La Broche, casi mejor sería invitarlo a tomar una tónica o así. Da gusto encontrar a hombres capaces de confesar que han sufrido maltrato psicológico por parte de una pareja (anterior, que ahora está casado y feliz), de cocinar e inventar sensaciones como lo hace, que haya sido mod y que encima consiga sacarle a Gallardón en una entrevista-comida en la revista GQ, mucho más que algunos expertos periodistas.

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